Nuestro origen
2015
Azrou aparece en las vidas de Cristina y Eva gracias a la asociación Felicidad sin Fronteras. llegan con las expectativas puestas en vivir una experiencia y un verano único. Y tanto que lo fue.
La realidad con la que se toparon les marcó de tal manera que al segundo día de regresar a Madrid ya pusieron sus cabezas a trabajar y buscaron el apoyo de felicidad sin fronteras para emprender un proyecto ambicioso y de larga duración en el que los niños pudieran recibir tratamiento más allá de los meses en los que acudían los voluntarios.
2016
El 7 de enero emprenden el viaje al que será su lugar de residencia durante un año, con el coche cargado de maletas y material y la caja de emociones repleta de ilusión, confianza y ganas de trabajar y de crecer.
A su llegada, se ponen manos a la obra y comienzan las entrevistas con las familias una vez analizadas las demandas y los casos generan un programa de trabajo ayudadas por los voluntarios que iban recibiendo, y en colaboración con la asociación local.
Meses de evaluaciones, trabajo y tratamientos planificados para centenares de niños con diversidad funcional que luchaban por mejorar sus capacidades.
Meses de terapias físicas, cognitivas y conductuales, meses de esfuerzo, perseverancia y constancia. Meses de sonrisas, carcajadas y evoluciones satisfactorias que no hacían más que ratificar que su labor estaba siendo para no olvidar.
Al fin y al cabo, meses que se guardarían a perpetua en su corazón.
2017
Cris y Eva dejan el testigo de la coordinación a cargo de Iria y Marta. Que, sin haber llegado siquiera a tocar el terreno de trabajo, ya se habían implicado hasta el punto de conseguir material podológico en grandes cantidades. El trabajo con ellas fue de lo más fácil y se hacía difícil pararles los pies a tantas iniciativas.
Metieron su vida gallega en dos maletas y pusieron rumbo de nuevo a Azrou, donde habían experimentado multitud de sentimientos que solamente les indicaban que estaban en el camino correcto. Con su llegada empezó el trabajo podológico. Revisiones de la marcha de niños, realización de plantillas, visitas al geríatrico regional para el cuidado y mantenimiento de los pies de los más mayores. Aún con todo, bien es conocido que el tratamiento conservador no puede llegar a subsanar todos los problemas encontrados. Se llevaron a cabo exploraciones minuciosas y radiografías de todos aquellos niños candidatos a cirugía para resolver sus problemas podológicos de manera definitiva.
Con el paso de los meses la podología pasó a ser una tarea más del proyecto y, en septiembre, con la llegada de Patricia, nuestra enfermera nómada, la acción se multiplicó. A la inicial estancia de dos semanitas se le sumaron dos meses más y antes de que se diesen cuenta, Diciembre ya había llegado. Controles de glucemia en ayunas, revisiones múltiples, planes de cuidados, impartición de formaciones al personal del centro, pautas de cuidados a los niños del cole… Toda ayuda era poca para poder focalizar los pocos recursos con los que se contaba.
Tras meses de trabajo el momento de regresar a España se acercó. El proyecto quirúrgico sigue su transcurso burocrático y durante este tiempo, nuestra mochila de ideas e ilusiones se ha ido llenando poco a poco y ¡esperamos poder ponernos pronto manos a la obra!
Pero, independientemente de esa espera, tenemos múltiples ideas preparadas y proyectos que se pueden poner en marcha a corto plazo. ¡esperamos poder ponernos pronto manos a la obra!